Un día en el Carmelo
Aunque todas las hermanas podemos decir que en el Carmelo no hay un día igual al siguiente tenemos algunos horarios que solemos seguir. El día, tal como quería santa Teresa, tiene sus dos pilares: la oración y la vida fraterna.
En cuanto a la oración, el centro de nuestro día es la Misa, donde Jesús hace de nuestra jornada y de nuestra vida, una ofrenda agradable al Padre; y, desde su entrega, es que nosotras aprendemos a darnos. También tenemos dos momentos fuertes de intimidad con Él: uno por la mañana y otro por la tarde.
Nuestra jornada está “interrumpida” por la oración de la liturgia de las horas, o también podría decirse que el día entero, que intentamos que sea todo oración, está interrumpido por el resto de las actividades. Para la oración de la liturgia de las horas, nos reunimos en el Coro, junto al Sagrario, para rezar las distintas “horas” u oraciones del breviario que propone la Iglesia y unirnos así al mundo entero, rezando juntos, como Cuerpo de Cristo, la misma plegaria que reza el Papa, todos los obispos, sacerdotes y consagrados en todo el mundo, y presentándole a Dios las alegrías y dolores de todos los hombres.
En cuanto a la vida fraterna, también tenemos dos momentos muy marcados para cultivarla que solemos llamarlos “recreaciones”, donde compartimos la vida como familia.
También tenemos el tiempo de descanso, de lectura espiritual y de comida.
Horario
5.15 Nos despertamos
5.40 Ángelus y oficio de lecturas
6.10 Oración personal
7.00 Laudes
7.30 Misa
8.15 Acción de gracias
8.30 Tercia
8.40 Desayuno
9.00 Trabajo en los talleres u oficios
12.00 Ángelus, sexta, examen de conciencia
12.20 Procesión al refectorio
12.25 Almuerzo
12.50 Recreación y lavamos los platos
13.40 Nona
14.50 Descanso
15.15 Lectura personal
16.00 Trabajo
18.00 Ángelus y vísperas
18.20 Oración
19.20 Cena
20.15 Recreación
21.30 Completas
21.45 Descanso